lunes, 27 de febrero de 2017

Marruecos en equipo, Capitulo I

Todo comenzó un día en el Legar con un "Pues podíamos bajar a Marruecos el año que viene...", seguidamente llegó un sonoro "con las gordas???, venga!!!"... Y así fuimos perfilando una ruta con los lugares mas conocidos y demás historias que ver/hacer, un par de pistas tenemos fichadas también.

Al de poco me dice Alvaro que se acopla al viaje el señor Zunzarren, cojonudo! Iban pasando los días mientras se acercaba la fecha señalada. Para completar se acoplaría también Piraña, con lo que ya estábamos un buen equipo. Yihhhhaaaa


En los últimos días íbamos completando los detalles pendientes de la ruta, los posibles nuevos track's, maletas o petate, etc......

Y llego el día D con sorpresas y es que Alvaro llevaba días atrás con algo de gripe por lo que hasta última hora dudó si venir o no, pero al final se cayó del equipo. Tanta ilusión, tantos días preparando las rutas, lugares, que ver, etc..., para luego no poder ir. Fue un momento difícil de asimilar pero bueno, aun estábamos tres y mucha ruta por delante.

Antes de partir había que salir desayunado y que mejor que en el Taboada con sus pintxos y bocatas, allí había quedado con Piraña para salir.


El día había empezado pasado por agua, por suerte no era mucha hasta que empezamos a subir Altube por la vieja carretera que lleva desde Orozco y que al pasar te deja ese olor tan rico a galleta de la fábrica de Artiach, ummmm.

Enfilamos la autovía a Vitoria para llegar al punto acordado de reunión con Aitor, que aprovechamos para llenar los dos depósitos y entrar en calor, el frío aprieta un poco pues aun estamos a mediados de febrero.


El día continua por la aburrida autovía de la plata con algunas paradas para repostar y estirar las piernas, aparte de comer algo.

Sobre las nueve llegamos a Algeciras y nos acomodamos en el hotel, cambiarnos y a cenar algo acompañado de unas cervezas. Y poco después a la cama que el día siguiente empezaría pronto.



El martes amanece pronto, el despertador suena incesante pero no apetece levantarse... Al final de un salto a la ducha y seguido montar las cosas y directos al ferry.

Pasamos el control de acceso al puerto y seguidos a por los billetes a la ventanilla. En el puerto hay varios radares a los que hay que echarle un ojo.

Con los billetes pasamos la aduana donde nos miran de arriba a abajo las motos, pues es el último control en caso de robo. Una medida que nos parece lo mas correcto, mas si cabe con la oleada de robos de maxi trail's que hay por el sur.


Una vez pasado el control del pasaporte enfilamos a la puerta del ferry donde pasamos rápidamente hasta el fondo, nos amarran las motos y para las butacas, donde hacemos el control de acceso con el policía marroquí. No esta de mas llevar un boli para estos menesteres.


Una travesía rápida y ya estamos en Marruecos, en un titá soltamos las motos y estamos saliendo por la puerta del ferry donde a la salida nos espera un policía marroquí pidiendo el pasaporte. Seguido subimos a la aduana y el control policial, papeleos y demás historias para salir del puerto no sin antes cambiar dinero. (Sobre el tema de papeles y demás abriré un post detallando los pormenores y gestiones previas.)


 

Y por fin, entramos en Marruecos......

15km nos separan pero cuando estás allí parecen muchos más y es que hay un cambio muy grande en tan poca distancia. Transitar por las carreteras marroquis es una experiencia que hay que vivir alguna vez, el tráfico, las gentes, las obras, sus olores, el paisaje...... sensacional.



Tras salir del puerto decidimos rápidamente desviarnos por la P4701, una carretera de montaña que nos lleva al sur en la que según vamos ascendiendo sorprenden las casas construidas en las laderas de las montañas, los pastores con sus rebaños de ovejas o como trabajan la tierra de forma tradicional con un burro tirando del arado.


Pasamos el primero de los embalses, una zona muy verde que desprende olores y vivos colores. En nada nos incorporamos a la N2 que nos llevará a la entrada de Tetuan, una inmensa ciudad que asombra según te vas acercando y se va divisando mejor. Pero justo al entrar nos desviamos hacia el sur, ya que nuestro siguiente destino es otro diferente.

En nada nos acercamos a la zona de Chefchaouen, una pequeña ciudad situada en la ladera de la montaña y que me recuerda al pueblo de los pitufos y es que en la zona vieja están las casas pintadas de azul. Así como Juzcar, el pueblo pitufo de la sierra de Ronda que pintaron para la película y que ha tuvo tanto tirón turístico por esa zona.




La verdad es que de esta ciudad no teníamos nada mirado más que solo el tema de la casco viejo azul, por lo que tiramos por medio del pueblo a la aventura pero que con el tumulto de gente y el calor decidimos desistir un poco. Eso si, aprovechamos para pillar una tarjeta de teléfono marroquí, 80dh con 6Gb y 100 minutos en llamadas que son unos 8€.




Visto lo visto nos ponemos rumbo a Fez por la N13 que discurre por algún que otro desfiladero, muy verde eso si. Y como el hambre empieza a dejarse ver optamos por hacer un alto en el camino para comer, como no, unas brochetas.




Y de paso un poco de bricomania por eso del momento en Marruecos....

Seguimos la N13 pero ya algo aburridos nos desviamos por un atajillo de los mios y atravesamos un pueblo en el que al parecer causamos algo de sensación o por lo menos es lo que nos parece a todos.



Tras el pueblo enlazamos con una carretera secundaria sin nada de trafico, con unas serpenteantes curvas que hace el deleite de unos y otros. En las que en un momento conseguimos una bonita estampa del atardecer y eso que nos damos cuenta casi tarde, por lo que intentamos meternos por un camino que nos lleva a unas casas donde no hay salida pero si un montón de gente que se quedan asombrados al vernos entrar como elefantes en una cacharrería. Media vuelta y retrocedemos un poco... jajjajajajajaa, que situación mas rocambolesca.






Después del postureo y de comentar entre risas la situación pasada tiramos para Fez que preferimos no conducir de noche por la cantidad de animales sueltos que nos hemos ido encontrando por el camino.

Y sin mas entramos en Fez en medio de una nube de humo, un tumulto de gente y una jauría de vehículos por todos lados. Es de noche y el ambiente se nota en la ciudad, a ambos lados de la calle los puestos, tiendas y demás negocios están con un bullicio de gente considerable. Había oído hablar de que a la tarde-noche es cuando mas movimiento hay, pero esto me desborda las expectativas.



Callejeamos un poco hasta llegar a la zona de la medina, vamos directos a la puerta azul, la mas conocida. Entre medias nos movemos por el parking mareando a los tíos que están regulándolo. Como no lo vemos claro nos volvemos a salir y paramos en otra de las puertas, la Chems.



Mientras buscabamos hotel nos acercamos hasta otra puerta.



Sin nada buscado y de noche, va siendo ya hora de buscar sitio. Damos con un B&B en la medina pero no podemos llegar con las motos por lo que nos vienen a buscar al parking de antes. Allí nos espera Ibrahim, el chico del B&B Dar Nineta. Nos ha venido a buscar ya que entrar con la moto esta prohibido, ellas se quedan en el parking vigilado tras acordar el precio, el bueno de Ibrahim consigue 60Dh, hasta el día siguiente pero el otro quería 100Dh.


Cargados con todos los bártulos nos movemos por una medina transitada a través de los angostos callejones para llegar al riad, no sin unas risas en el tramo final que se estrecha aun mas...


Una vez acomodados y asesorados por nuestros caseros nos vamos a dar una vuelta por la medina y de paso buscar un sitio donde cenar algo.



La medina es un lugar increíble, la de Fez para ser mas exactos nos comentaron que tenia mas de mil calles y no recuerdo el numero de locales/comercios, pero lo supera de lejos. Pasear por sus calles te transporta a una época en la que la vida moderna carece de todo sentido, sobre todo al ver los métodos que usan en los diferentes oficios que allí se encuentran. Allí se repara todo, en los talleres tienen muchos recambios y no hablo de coches que en eso también. Esto es otro mundo, marruecos is different.


 
En sus calles hay una mezcla de olores y colores, hay zonas donde se concentran los mismos oficios. Los puestos de encurtidos son espectaculares, así como los de especias o dulces. Pero como te meten en la cabeza que cuidado con lo que comes, bebes o haces ya que fácilmente coges "algo" que te deja jodido el estomago como poco, pues te quedas con las ganas, pero en la siguiente no me reprimiré.



Es curioso ver a la gente local en los "bares" viendo partidos del Barca o el Madrid, y es que esta gente es casi mas forofa de estos equipos que la gente en España. Lo han llevado a tal extremo que te hacen babuchas con el escudo bordado digno de ver en un capitulo de callejeros.

Al final nos dejamos caer por la zona cercana a la puerta azul, y es que Aitor negocia un buen precio antes de sentarnos con el paisano que se había quedado con nuestras caras cuando hemos pasado ataviados con los bártulos de la moto, sabia que eramos nosotros.


Una buena cena a base de tajine de pollo, de carne y de verdura, aderezado con algo de ensalada y un buen té para rematar ponen la guinda a un día diferente.




Amanece temprano, la noche ha sido algo ligera de sueño... alguno ha estado partiendo pinos, jajajajajajjaajajaja



Desayunamos algo y nos vamos a seguir paseando por la medina en busca del plato fuerte de la zona, si, las curtidurías. Aun es pronto y se nota, los puestos aun están sin montar, algunos van poco a poco abriendo.


Por el camino varios se van ofreciendo para todo, mas aun cuando llegas a la zona de las curtidurías. Allí supuestamente hay una asociación o cooperativa que regula el tema del acceso para que no engañen a la gente, eso nos lo dijo uno de los pollos con una tarjeta plastificada. Al final pactamos precio con uno de todos los que se nos han ofrecido para guiarnos, acordamos que nos enseñe la zona de abajo y luego las terrazas superiores, aunque eso si, le pagaríamos al final. Añadir que solo nos dejaba sacar fotos y no grabar vídeos, quería mas dinero pero al final acabamos grabando igualmente.







Según entramos nos vamos cruzando con los burros que suben cargados de pieles ya curtidas y listas para secar. Suben por las cuestas de escalones y adoquines, estos últimos bastante pulidos, por lo que hay que tener cuidado ya que resbalan mucho si están húmedos. El paisano nos lleva hasta un local donde nos dan unas hojas de menta para ponernos bajo la nariz. Se usan para no percibir ese olor tan fuerte y nauseabundo que desprenden las pozas donde sumergen las pieles. El lugar es impresionante, el olor es fuerte y desagradable pero pensaba que seria peor, tan solo en la zona donde esta el amoniaco es bastante mas fuerte.










Vamos pasando por diferentes zonas donde vemos como van tratando las pieles y van cambiando de pozas. En otra zona vemos como las van raspando para quitarles el sobrante y dejarlo bien liso. Usan unas cuchillas en forma de media luna que están realmente afiladas como nos enseñaron. En la zona del amoniaco un hombre sumerge y remueve las pieles bajo un fuerte olor. Nos sigue enseñando estancias donde almacenan las pieles, las secan y demás.






Para ir rematando la visita, no sin meterte prisa el pollo, te llevan a las terrazas. Allí es donde tienen todo el material ya trabajado y te quieren vender la moto, aunque con un "no amigo, no" ya vale. Cabe decir que el pollo te va a querer despachar rápidamente una vez te saque la tela y mas si no compras nada.



Salimos de las curtidurías y seguimos de paseo por la medina, vamos viendo los puestos buscando algo que comprar, es si, con el que vemos que quiere negociar. Algunos si les bajas mucho directamente pasan y no esperes que te sigan, ya estan "curtidos".

Algún souvenir para la jefa.

 

Vamos bajando hasta salir de la medina y toparnos con la plaza R'cif donde hay dos puertas, la R'cif y la Sid L'Aouad. Nos volvemos a meter al meollo para ir volviendo al riad a recoger las cosas para seguir ruta.



Por el camino vamos haciendo algo de trekking y buscando calles diferentes por las que perdernos. Al final ha cundido la mañana y la noche anterior, hemos visitado Fez bastante a fondo.




Y ahora viene lo bueno, en moto claro. Nos vamos al oeste a ver alguna piedrita que dejaron los romanos.

Salimos de Fez por la N6 ronda norte que tira al oeste, para desviarnos a la N4 que bordea el embalse de la presa Sidi Chahed. Es una carretera con poco trafico y con un paisaje de montañas cambiantes, que según vamos acercándonos al embalse sus tierras se van enrojeciendo.




Es normal encontrarse puestos de venta con casi cualquier cosa en el camino. Nosotros compramos poco pero fotos hacemos muchas, así que paramos en una zona con buenas vistas del embalse.


Para variar un poco nos hacemos un atajo para evitar seguir por la N4, que mejor que una carretera rota para entrar en calor y que nos lleva directos a Mulay Idriss una ciudad encaramada en una roca que domina todo el valle y la antigua ciudad romana de Volubilis.

Llegamos al parking y para variar hay un paisano regulándolo que mas adelante nos pediría dinero pero que amablemente declinamos darle, total no necesitamos de su ayuda para aparcar. Es mediodía y se nota por la poca afluencia de gente en la zona, hay algunos autobuses de turistas y pocos coches.


Para entrar hay que pillar una entrada, creo recordar que eran unos 40Dh por persona, cuatros euros al cambio, un buen negocio por ver piedritas. Con las cosas guardadas y con el mínimo de cosas encima nos vamos a dar una vuelta por las ruinas.





La verdad que para el tiempo que tienen estan bastante bien conservadas, las piedras... jejejeje



La visita no se hace muy larga, hace buen día y el calor aprieta un poco sin ser agobiante pero si caluroso.

 
 

Terminamos la visita con unas vistas desde lo alto de toda la zona, unas ruinas curiosas las que dejaron por aquí. Ave Cesar!





Antes de marchar aprovechamos para comer algo en el bar de las ruinas que ya hay algo de hambre, ponen unos platos combinados de comida típica marroquí que con un café nos damos por satisfechos. Hacer mención del café de aquí, varios de los que he tomado y estan muy ricos, me he quedado sorprendido la verdad.


Para terminar el día teníamos pensado pasar noche en Azru, pero buscando algo cómodo para dormir acabamos yendo hasta Ifrane. De camino pasamos por Meknes, otra gran ciudad en cuanto a superficie y que atravesamos por el medio con poco trafico, que suerte!

En el Hajeb nos desviamos por la R707 que atraviesa el parque nacional de Ifrane, que sube hasta los 1.700m y eso se nota en la temperatura que llega a bajar hasta los 4º pues son las nueve de la noche de un día de mediados de Febrero. En el parque nos encontramos cedros del Atlas así como monos de Berbería pero que nosotros no llegamos a ver, una pena. De noche hay que tener cuidado pues la carretera atraviesa el bosque y los arboles estan muy cerca por lo que algún animal puede saltar a la calzada.

 

A la entrada de Ifrane nos desviamos para llegar al complejo donde pasaremos la noche, es el hotel Farah Inn, que en invierno tiene que estar a tope pero ahora esta casi vacío.


Una vez acomodados nos vamos a cenar dentro del complejo al bar y de paso echar unas cervezas, que en Fez no pudimos tomar ninguna. Recapitulamos la ruta para el día siguiente y nos apretamos una cena cojonuda. Un paseo hasta el apartamento y a sobar que mañana tenemos mas tema entre manos.



Fin de la primera parte...


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