lunes, 17 de julio de 2017

Prueba R1200GS LC 2017 (K50)

Aprovechando que tenía que pasar la revisión de la GS, el concesionario ha tenido a bien el dejarme para probar la nueva R1200GS versión 2017. Esta unidad cuenta con cambio Pro dynamic ESA y suspensión inteligente. Además cuenta con el resto de paquetes ya conocidos en las versiones anteriores así como el foco Full LED ademas de keyless. Vamos alla.


La unidad de prueba tienes tan solo 554 km por lo que no hay que exprimirla ya que aún está en rodaje.


En lo que a decoración se refiere es la versión básica en negro.


Lleva keyless o lo que es lo mismo arranque confort por lo que la llave va guardada en el bolsillo y tan solo actuamos desde el botón central. Un solo toque enciende la máquina y el cuadro toma vida. Cuando estamos detenidos un toque apaga la moto y otro pronunciado bloquea la dirección.


Esta versión cuenta con los modos de conducción pero que a diferencia de el modelo anterior el enduropro se activa desde el propio panel de control.


Según la encendemos ya apreciamos ligeros cambios en el marcador, ligeramente estéticos.


Al arrancarla, el arranque ya es algo diferente, más contundente en cuanto a la forma de arrancar. En la anterior versión el arranque era algo más flojo y no parecía que iría a durar mucho aun siendo lo contrario.



En marcha observamos que el cambio pro funciona a las mil maravillas aunque para una persona con un buen tamaño de pie la puntera de la pata de cabra molesta un poco para hacer el cambio de marcha. El cambio pro funciona muy bien las marchas entran muy suaves tanto para arriba como en la reducción es lo que hacen una delicia la conducción.


La suspensión trasera se nota firme tanto en el modo Road como en el modo Dynamic. Recordemos que en la versión 2017 ya no viene la regulación de la dureza como soft, normal, hard. Ahora esa regulación se hace en solo dos modos, Road y dynamic.


Los cambios de dirección tanto en Road como en dynamic son muy directos y la moto va por donde tú quieres. Más aún en esta unidad que ya no lleva los tan odiados Michelin Anakee 3 en cambio con los Metzeler Tourance next la moto va de fábula. Así sí da gusto salir con tu moto recién estrenada a surcar las carreteras.

 


Por pistas la moto va fenomenal eso sí, solo parcelarias ya que con este neumático no es acorde meterse en cosas mayores, mas siendo una moto demo y no queremos piñar.


El modo Enduro permite hacer ligeros derrapajes del tren trasero pero siempre con total seguridad sabiendo que en la rueda delantera actúa el control de tracción y el ABS.

 
Se echa en falta unas estriberas un poco más anchas así como las del modelo adventure además de una palanca de cambio con un pequeño suplemento ya que en pistas y de pies cuesta un poco presionar la palanca de freno trasero por lo que nos obliga a ir un poco sentados.


El foco LED ya está más que probado y da un buen resultado sobre todo en las noches oscuras alumbrando muchísimo más que una lámpara traditional que si lo sumamos a unos focos antiniebla mejoraremos nuestra conducción nocturna aunque en esta unidad no cuenta con ellos.



La pantalla sigue siendo la característica cúpula pequeña que para gente de tamaño contenido protege algo pero para la gente de un metro 80 para arriba ya necesita un cambio a otro modelo que cubra más.



En general los cambios estéticos y las mejoras mecánicas hacen de este nuevo modelo una buena opción. El cambio ha mejorado muchísimo respecto a las primeras versiones del 2013 y el volante de inercia más pesado hace que a bajas vueltas y por travesías la moto no tiemble tanto. En general es una moto en la que solo hace falta echar gasolina y hacer kilómetros un gran cambio respecto al primer modelo.




Solo me queda dar las gracias a BMW Motor Gorbea por la cesión de la moto para la prueba.

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